Vistas de página en total

viernes, 29 de octubre de 2010

Ritual para difuntos

Se termina octubre y junto con los dos dias primeros de Noviembre, se celebran en todo los paises rituales relacionados con la magia, ocultismo y por supuesto con la muerte. No en vano coincide con el solisticio de otoño y el día de las brujas. Festividad en la que según la tradición, celebraban su reunión semestral.
En la cultura cristiana, es de todos sabidos la costumbre de recordar a nuestros difuntos, limpiando y adornando sus tumbas con flores.
En esta ocasión, os quiero hacer una propuesta un tanto diferente pero no por ello alejada del marco de la festividad.
Os propongo que aprovechéis esta noche tan mágica para reencontraros con familiares que ya pasaron de plano (fallecieron) y que sin necesidad de ir a donde reposan sus restos mortales, los honréis y recordéis. Algunos compartieron sus vidas y experiencias con todos nosotros y a otros les debemos nuestra herencia genética.

Buscad en ese cajón donde se guardan fotos antiguas, en su defecto, colocar cartulinas con sus nobres y arméis un pequeño altar con ellas. No dudeis en incluir aquellos antepasados que no conocimos pero que pertenecieron a la familia y que seguramente, gracias a ellos, estamos hoy aquí. Luego, poned un par o tres de velas y si acaso un sumerio, o cualquier objeto que os inspire: flores, piedras semipreciosas o guijarros de colores, incluso las joyas que pertenecieron a la familia. Después, os recogeréis con respeto, en la actitud física más en sintonía con vuestro credo y emitais un oración de respeto, recuerdo y agradeciendo que estuvieran y pertenecieran a la familia. Si hibiese recuerdos dolorosos o de resentimiento, es momento de voluntariamente dejar que se consuma con el fuego de las velas. Centrándose en lo mucho que podemos agradecer a que ellos nos precedieran en el tiempo.
Si queremos dar un pequeño paso más, podemos decir, a modo de oración:
Yo tomo vuestra fuerza y el bien, dejo que se consuma lo inarmónico y os recuerdo y guardo en el corazón.
Después dejad que se consuman las velas hasta el final (con todo el cuidado posible).

Ni que decir tiene que podéis incluir en el altar, cualquier persona a la que deséis rendir testimonio afectivo.

Os aseguro que es un ritual muy gratificante y reforzante, ya que nos pone en contacto con la Familia personal, recordando nuestros orígenes y por ende con la familia universal de la que formamos parte todos.

Necesitamos fuertes raíces para crecer alto. Nuestros antepasados las sembraron para nosotros.

Formamos parte de un Todo, y en este Todo están también todos los seres que encarnaron antes que nosotros.


M Dolors Pozo





martes, 26 de octubre de 2010

Recuperando recursos



RECUPERANDO RECURSOS

Muchas veces vivimos situaciones en las que no encontramos los recursos adecuados para afrontarlas; bien sea una entrevista complicada o una situación en la que nuestra mente, se ha quedado literamente“en blanco” o bloqueada. Sin embargo a posteriori, recordamos haber vivido otras situaciones difíciles de similares características en las que estuvimos “brillantes” supimos “exactamente” que contestar y como encauzar
la conversación para no salir perjudicados y desenvolvernos adecuadamente.

El tener presente las situaciones vividas y superadas con éxito nos puede ayudar para afrontar las nuevas, utilizando los recursos que nos sirvieron en su momento. Esto se puede llevar a la práctica fácilmente, únicamente debemos tomarnos unos segundos, tan solo eso “segundos” para intentar relacionar lo que nos está ocurriendo en este momento con otra situación en la que supimos salir airosos con nuestros propios medios, bien sea dialécticos o estratégicos.

Si nos tomamos esos segundos para transportarnos aquella situación exitosa intentado dejarnos sentir la actitud en la que estábamos, procurando traer a la memoria algún recuerdo visual (por ejemplo la ropa que vestíamos) algún recuerdo del sonido que nos envolvía y por supuesto conectar profundamente con nuestro estado anímico. Esto que parece complicado y largo al ser leído, es muy rápido de realizar en lo vivencial. Simplemente se trata de contactar con algo de serenidad y veremos asombrados como la mayoría de las situaciones que nos parecían “difíciles” o bloqueantes son afrontadas y superadas con facilidad.

Maria Dolors Pozo
Terapeuta Gestáltica y Floral



domingo, 24 de octubre de 2010

Los dones de los problemas



LOS DONES DE LOS PROBLEMAS

Todo el que esté interesado en el autodesarrollo personal o caminando hacia la búsqueda interior, sabe bien, que en multitud de libros, se aboga por apreciar el beneficio que nos aportan los problema o dificultades de la vida y la importancia de profundizar en todo aquello que nos incomoda.

En este sentido la sabiduría popular nos hecha una mano en el dicho popular:  “No hay mal que por bien no venga”.

Lo que ocurre es que muchas veces la persona que vivencia situaciones duras o difíciles, le cuesta darse cuenta o comprender cual es la ventaja de lo que esta viviendo.  ¿Dónde está el beneficio? Se pregunta perpleja. “Si lo estoy  pasándolo fatal”, suele decirse a sí misma.

La dificultad en comprender los dones que traen “debajo del brazo” los problemas del cada día, se pueden clarificar si distanciándonos del problema o situación conflictiva, nos preguntamos:

 ¿Qué cualidad me está obligando a desarrollar esta situación?,

Las cualidades siempre son la parte positiva de un defecto. Así si lo que vivimos nos empuja a tranquilizarnos, a esperar… es fácil adivinar que la cualidad es la Paciencia.

Si por el contrario la situación vivida nos enfrenta a tener que reclamar nuestros derechos en una situación que se nos antoja atemorizante, la cualidad sería la Valentía o superación del miedo.

Y de este modo la contrariedad escondería flexibilidad… etc.

Teniendo en cuenta que en muchas ocasiones no se tratará únicamente de una cualidad sino varias que se mezclan o interaccionan a la vez. La ayuda vendrá cuando anotemos todas las cualidades que descifremos nos pidiendo la situación.

Más tarde podremos efectuar una criba de menor a mayor cualidad, acabando seguramente en una o dos básicas.


Maria Dolors Pozo
Terapeuta Gestáltica y Floral

jueves, 21 de octubre de 2010

Cambiar costumbres



 
CAMBIAR COSTUMBRES

¿Cuántas veces nos hemos propuesto cambiar de hábitos? Desde dejar de fumar, iniciar una dieta sana, comprometernos a iniciar un programa de ejercicio físicos a destinar espacio para la lectura, meditación etc.

Sin embargo, es particularmente difícil cambiar una serie de hábitos adquiridos durante años, aunque recurramos a nuestra fuerza de voluntad, cuando ésta, la mayoría de las veces, fluctúa, lo admitamos o no, ya que sin saber muy bien cómo, invariablemente volvemos a nuestra rutina, aunque mentalmente estemos decididos a esos cambios.

Uno de los sistemas más utilizado para incorporar nuevas costumbres, en nuestra vida cotidiana, es ir sustituyendo una costumbre por otra, por ejemplo, si lo que deseamos es eliminar de nuestra dieta los dulces, primero reflexionaremos y analizaremos en qué situaciones o lugar del día existe la mayor tendencia a ingerirlos. Una vez clarificado, procurar sustituirlos por la ingesta de alguna cosa que evite dejar ese hueco, ya que a la larga, al no haber “llenado” ese espacio con un sustituto, automáticante volveremos a caer, en la digamos “tentación” porque no es más que un condicionamiento inconsciente.

Ahora se ha puesto más de moda que nunca (a la fuerza) la necesidad de dejar el tabaco. A parte de la adicción a la nicotina, está la costumbre adquirida de llevarse el pitillo a la boca, especialmente, después de determinados actos durante el día, por ejemplo después de cada ingesta de comida; si ésta costumbre la cambiamos por otra opción, que podría ser una barrita de regaliz, o cualquier alimento de nuestro agrado que se pueda roer, masticar o chupar, será más fácil dejarlo. Cada persona puede encontrar, por sí misma, multitud de sustituciones, como puede ser, levantarse de la mesa inmediatamente y salir a dar un paseo, escribir un diario, hacer un crucigrama, etc. cualquier cosa es válida, mientras sirva para “romper” las costumbres establecidas.

También ayuda, elaborar una lista de hábitos que deseamos erradicar; después, elaborar otra con las nuevas opciones que deseamos incorporar en nuestra vida y finalmente escribir otra que contenga las costumbres perniciosas con las opciones para sustituirlas. Todo esto se plasmará en un cuadro o cartel que situaremos en un lugar visible de la casa.

A medida que vayamos efectuando cambios a través de las sustituciones, es muy positivo e estimulante, escribir esos logros con colores vistosos en el mismo cartel, de este modo enviaremos un mensaje de apoyo a nuestro inconsciente que nos reforzará a seguir en nuestros propósitos.

Hay algunas personas que también optan por escribir notas de recordario para lo que se pretende conseguir, si esta opción os parece interesante, vale la pena tener presente que dichas notas deben estar escritas de forma que refuercen los hábitos o costumbres nuevas. Por ejemplo: “Hoy daré un saludable paseo después de comer” o “Durante el día de hoy optaré por subir las escaleras andando”, etc.

En ningún caso, escribáis notas en las que se diga p.ej. “Hoy no fumaré” o “Durante el día de hoy no comeré dulces”, ya que nuestro inconsciente no entiende las negaciones, e interpretará este mensaje en sentido afirmativo, con lo que os podéis sorprender haciendo justo lo que no deseáis, frustrando totalmente vuestros buenos deseos.

Siguiendo estas pautas se inicia un camino de incorporación de nuevas maneras de hacer en el día a día, y así, en poco tiempo nuestras “nuevas costumbres” las llevaremos a cabo de manera tan automática e inconsciente como las que deseamos abandonar.

Por supuesto que estos son pequeños “trucos”, pero ya sabéis que sin un auténtico y sincero deseo, nada es posible.

Maria Dolors Pozo

martes, 19 de octubre de 2010

Aceptación




ACEPTACION

Muchas veces nos sorprendemos sintiendo enfado con alguien o contra algún acontecimiento de nuestra vida. Inmediatamente solemos entrar en un diálogo interior en el que establecemos una discusión entre diferentes aspectos de lo que nos ha llevado a sentir enfado. Por más que conversemos internamente con nosotros mismos, no llegamos a ninguna parte, porque casi siempre iniciamos la discusión interior desde un intento de encontrar la propia “razón” o como vulgarmente se dice •”salirse con la suya”.

La mayoría de las veces la única razón es la falta de aceptación de lo que ocasionó el disgusto y una reacción por nuestra parte por rechazar justamente eso, LO QUE ES.

Ante esta situación podemos sencillamente hacernos la pregunta ¿Qué es lo que no estoy aceptando?

Si el tema está relacionado con los sentimientos: ¿me cuesta aceptar lo que estoy sintiendo (ira, odio, envidia, etc.)? O ¿Me estoy resistiendo a aceptar el sentimiento del otro?

Aunque parezca increíble, aceptar sencillamente las emociones o sentimientos, nos coloca en una renuncia a la lucha procedente de nuestra mente; que tal vez puede causar dolor, pero jamás conflicto. El auténtico dolor sana porque nos conecta con nuestro interior, con lo genuino y auténtico. Y es sanador porque nos libera del conflicto y de la neura.

Si el tema es sobre un asunto material, también servirá clarificar la parte que no aceptamos. Tal vez sea el punto de visto del otro o que a toda costa deseamos sacar ventaja, o que sencillamente no aceptamos lo que nosotros interpretamos como “perder” y preferimos luchar.

Es importante no confundir ACEPTACION con RENUNCIA. la aceptación surge de la comprensión; en cambio, la renuncia nace de la resignación.

Si analizamos un poco los conflictos de nuestra sociedad, veremos que la mayoría de las veces surgen por una falta de aceptación…. Del derecho a las diferencias, a otras lenguas, otras culturas, etc.

En definitiva ausencia de ACEPTACION.

Poner resistencia ante lo evidente ocasiona un gasto de energía y a un endurecimiento personal que aliena al individuo, alejándole de la fluidez que pide la vida misma.

Maria Dolors Pozo
Terapeuta Gestáltica y Floral
saludygestalt@gmail.com

lunes, 18 de octubre de 2010

No te sientas mal por sentirte mal.

No te sientas mal, por sentirte mal.


La sociedad actual promueve de forma casi compulsiva a estar permanentemente en un estado "euforia" o bienestar emocional, casi a toda costa. Esta compulsión puede hacernos huir de manera inconsciente de momentos en los que "tocamos fondo", calificándolos de nagativos y por supuesto como desagradables. Suele ocurrir que si compartimos con un familiar o amigo, esta sensación de estar "bajos", semidepresivos o tristes, nos aconsejen buscar rápidamente una salida, mediante alguna actividad para despejar ese momento, para "tapar" o evitar la sensación incómoda, o en el peor de los casos mediante la ingesta de productos que en nada pueden beneficiar.

Huir de nuestros momentos de tristeza, de las emociones grises, nos priva de la posibilidad de

contactar profundamente con nuestras necesidades olvidadas, y por tanto con posibilidad de revisar los aspectos, que tal vez no estén marchando del todo bien en nuestra vida y que necesitan una revisión, rectificación o actualización.

Somos un pequeño universo que se sirve de ciclos naturales, al igual que los ciclos de la naturaleza: el día y la noche, o de las estaciones, para que también circulemos por los momentos de "noche" o "invierno" emocional. Momentos en los que si somos capaces de vivenciar y traspasar, a buen seguro nos aportarán un descubrimiento y conocimiento más profundo de nosotros mismos.

De la misma manera que no podemos pretender que luzca siempre el sol, tampoco se puede forzar nuestra naturaleza para que siempre permanezca en el mismo estado, bien sea el de la alegría o el de la tristeza, ya que situarse siempre en uno de los dos, correspondería a un desequilibrio.

En los momentos bajos, puede surgir un crisis de crecimiento. Transitarla no tiene que ser necesariamente en solitario o sin ayuda, ya que si se considera oportuno, se puede recurrir, por ejemplo: a esencias florales para paliar la angustia que suele acompañar estos periodos o iniciar una terapia humanista que ayude a integrarlas.

En el recorrido de la existencia es muy positivo que transitemos con fe, paciencia y amor, por esos momentos de oscuridad del que sin duda, resurgiremos renacidos y con mayor sabiduría y fuerza.


Mª Dolors Pozo

Terapeuta Gestáltica