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jueves, 21 de octubre de 2010

Cambiar costumbres



 
CAMBIAR COSTUMBRES

¿Cuántas veces nos hemos propuesto cambiar de hábitos? Desde dejar de fumar, iniciar una dieta sana, comprometernos a iniciar un programa de ejercicio físicos a destinar espacio para la lectura, meditación etc.

Sin embargo, es particularmente difícil cambiar una serie de hábitos adquiridos durante años, aunque recurramos a nuestra fuerza de voluntad, cuando ésta, la mayoría de las veces, fluctúa, lo admitamos o no, ya que sin saber muy bien cómo, invariablemente volvemos a nuestra rutina, aunque mentalmente estemos decididos a esos cambios.

Uno de los sistemas más utilizado para incorporar nuevas costumbres, en nuestra vida cotidiana, es ir sustituyendo una costumbre por otra, por ejemplo, si lo que deseamos es eliminar de nuestra dieta los dulces, primero reflexionaremos y analizaremos en qué situaciones o lugar del día existe la mayor tendencia a ingerirlos. Una vez clarificado, procurar sustituirlos por la ingesta de alguna cosa que evite dejar ese hueco, ya que a la larga, al no haber “llenado” ese espacio con un sustituto, automáticante volveremos a caer, en la digamos “tentación” porque no es más que un condicionamiento inconsciente.

Ahora se ha puesto más de moda que nunca (a la fuerza) la necesidad de dejar el tabaco. A parte de la adicción a la nicotina, está la costumbre adquirida de llevarse el pitillo a la boca, especialmente, después de determinados actos durante el día, por ejemplo después de cada ingesta de comida; si ésta costumbre la cambiamos por otra opción, que podría ser una barrita de regaliz, o cualquier alimento de nuestro agrado que se pueda roer, masticar o chupar, será más fácil dejarlo. Cada persona puede encontrar, por sí misma, multitud de sustituciones, como puede ser, levantarse de la mesa inmediatamente y salir a dar un paseo, escribir un diario, hacer un crucigrama, etc. cualquier cosa es válida, mientras sirva para “romper” las costumbres establecidas.

También ayuda, elaborar una lista de hábitos que deseamos erradicar; después, elaborar otra con las nuevas opciones que deseamos incorporar en nuestra vida y finalmente escribir otra que contenga las costumbres perniciosas con las opciones para sustituirlas. Todo esto se plasmará en un cuadro o cartel que situaremos en un lugar visible de la casa.

A medida que vayamos efectuando cambios a través de las sustituciones, es muy positivo e estimulante, escribir esos logros con colores vistosos en el mismo cartel, de este modo enviaremos un mensaje de apoyo a nuestro inconsciente que nos reforzará a seguir en nuestros propósitos.

Hay algunas personas que también optan por escribir notas de recordario para lo que se pretende conseguir, si esta opción os parece interesante, vale la pena tener presente que dichas notas deben estar escritas de forma que refuercen los hábitos o costumbres nuevas. Por ejemplo: “Hoy daré un saludable paseo después de comer” o “Durante el día de hoy optaré por subir las escaleras andando”, etc.

En ningún caso, escribáis notas en las que se diga p.ej. “Hoy no fumaré” o “Durante el día de hoy no comeré dulces”, ya que nuestro inconsciente no entiende las negaciones, e interpretará este mensaje en sentido afirmativo, con lo que os podéis sorprender haciendo justo lo que no deseáis, frustrando totalmente vuestros buenos deseos.

Siguiendo estas pautas se inicia un camino de incorporación de nuevas maneras de hacer en el día a día, y así, en poco tiempo nuestras “nuevas costumbres” las llevaremos a cabo de manera tan automática e inconsciente como las que deseamos abandonar.

Por supuesto que estos son pequeños “trucos”, pero ya sabéis que sin un auténtico y sincero deseo, nada es posible.

Maria Dolors Pozo

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